
Estos días, Alo y yo vimos un documental de DW History and Culture titulado The Untold Story of Bauhaus Women, que explora las vidas y contribuciones de las mujeres que formaron parte de la escuela Bauhaus, fundada en 1919 en Alemania. Aunque la Bauhaus es reconocida por su enfoque vanguardista en el diseño y la arquitectura, muchas de las mujeres que estudiaron y trabajaron allí han sido históricamente invisibilizadas o subestimadas.
El documental pone en evidencia cómo, pese a que la Bauhaus aceptaba estudiantes de ambos sexos, las mujeres eran frecuentemente dirigidas hacia disciplinas consideradas “femeninas”, como el tejido o la cerámica, mientras que los hombres dominaban áreas como la arquitectura y el diseño industrial. Aun así, muchas de estas mujeres rompieron con los moldes impuestos y realizaron aportes significativos al movimiento moderno.
Entre las figuras destacadas se encuentran:
Anni Albers: Pionera en el diseño textil, combinó técnicas tradicionales con una mirada modernista.
Gunta Stölzl: Fue la única mujer en dirigir un taller dentro de la Bauhaus, liderando el área textil.
Marianne Brandt: Reconocida por sus innovadores diseños en metal, especialmente lámparas y utensilios.
Alma Siedhoff-Buscher: Diseñadora de juguetes y mobiliario infantil con una propuesta lúdica y funcional.
El documental también revela las contradicciones internas de la Bauhaus en torno a la igualdad de género. A pesar de proyectar una imagen progresista, la escuela no escapó de las estructuras patriarcales que limitaron las oportunidades reales para sus estudiantes y artistas mujeres.
Más de 100 años después de la fundación de la Bauhaus, muchas de esas contradicciones y limitaciones siguen presentes en el mundo creativo, y ni hablar de sectores como la política, la tecnología, la ciencia o los negocios. A pesar de los avances y los esfuerzos individuales y colectivos, seguimos enfrentándonos a la necesidad constante de justificarnos, de trabajar el doble, de demostrar que merecemos ocupar los espacios que habitamos.
La brecha aún es profunda. Por eso este tipo de contenidos me toca de forma personal. He sido testigo —y protagonista— de situaciones laborales y personales donde mi voz ha sido opacada por el “mansplaining”, y donde mi género sigue siendo cuestionado, silenciado o mutilado simplemente por existir.
¡gracias por leernos, nos vemos en la próxima!
_ROSE